Acceso Universal

La Fundación Universia valora el “esfuerzo” de las universidades en atender a estudiantes con discapacidad

“Estamos llegando para quedarnos. Esto ya no tiene vuelta atrás", afirma el CERMI

25/02/2013

Mario García/Blanca Abella

El director de la Fundación Universia, Ramón Capdevila, afirma que las universidades, en general, “han hecho un esfuerzo” en la atención a los estudiantes con discapacidad, ya que el 94% de ellas cuentan con un servicio, programa o persona encargada del apoyo a este sector de población.

Capdevila hizo esta apreciación en un encuentro informativo celebrado este lunes en Servimedia para presentar la publicación “Universidad y discapacidad. Estudio sobre el grado de inclusión del sistema universitario español respecto de la realidad de la discapacidad”, llevada a cabo por la Fundación Universia y el CERMI con la colaboración de la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC).

En este sentido, Andrés Prieto, consultor de PwC, precisa que el estudio no se ha basado en “estimaciones”, sino en la rigurosidad y la objetividad, y Alberto Castillo, director del proyecto de esta consultora, señala que del estudio se desprende que hay aspectos de mejora relacionados con “la gestión, la formación, el conocimiento y la profesionalización de los propios servicios de atención a las personas con discapacidad”.

"Las universidades han hecho un esfuerzo, y creo que también la Administración, y ambas cosas han ayudado a que la aceptación de la discapacidad en la universidad vaya siendo mayor. El hecho de que en el 94% de las universidades haya oficinas de atención a la discapacidad es un adelanto, aunque el apoyo en la parte del empleo y de orientación psicopedagógica es menor”, apuntó Capdevila.

Capdevila subrayó que los centros universitarios han realizado “un esfuerzo en la accesibilidad física”, de manera que “en este momento prácticamente en todas se puede acceder con bastante normalidad”, si bien consideró necesario que “la información fluya en todos los estamentos de la universidad y la institución universitaria tenga información cuando un estudiante con discapacidad se matricula, para que un profesor sepa qué tiene que hacer”.

Por otro lado, Capdevila deseó que en los resultados del próximo estudio, que tendrá carácter bianual, se demuestre que se ha incrementado el número de estudiantes con discapacidad y que “todos los indicadores han avanzado objetivamente”.

El estudio, basado en datos del curso académico 2011-12 recopilados en 48 de las 75 universidades españolas, señala que el número de universitarios con discapacidad disminuye a medida que avanzan los estudios superiores, de manera que del 1,2% de estudiantes en estudios de grado, primer y segundo ciclo (11.866) se cae al 0,5% que realizan estudios de posgrado y máster (765) y al 0,3% que cursan estudios de doctorado (124).

Además, recoge que un 0,8% de los estudiantes con discapacidad estudian en universidades de modalidad presencial, por el 2,1% que lo hacen a distancia, y que el 62% de estas instituciones educativas cuentan con planes de accesibilidad universal y diseño para todos, y un 69% con un sistema de gestión de accesibilidad global propio.

“No tiene vuelta atrás”

Por otro lado, el presidente del CERMI, Luis Cayo Pérez Bueno, destacó que las personas con discapacidad no deben ser “desalojadas” del sistema universitario. “Estamos llegando para quedarnos. Esto ya no tiene vuelta atrás y tenemos que llegar en mayor número”, añadió.

Pérez Bueno señaló que la tasa de actividad de las personas con discapacidad se eleva 20 puntos cuando cursan estudios universitarios, según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE). “La tasa de actividad de la persona con discapacidad, en general, en nuestro país es bajísima, de un 36%, frente al 75% de la media de la población, y cuando tienen un título universitario pasa al 56%. Con lo cual, igual digo algo demasiado audaz, pero un universitario con discapacidad y con un título superior está en este momento en una mejor condición para optar a un empleo que otros universitarios”, apostilló.

Respecto al panorama actual de recortes públicos, Pérez Bueno teme que también afecten a las oficinas universitarias de atención a estudiantes con discapacidad, aunque apuntó que “nadie se atrevería a desmantelar” este tipo de recursos y que estas políticas no desanimarán a entrar en una universidad.

“La vida de las personas con discapacidad siempre es crítica. Aunque vaya bien la economía, salen a la calle y no saben qué barrera nueva se van a encontrar, va un poco en nuestra cultura diaria. Entonces, saber que va a haber más dificultades, cuando las hay para todo el mundo, no provocará desánimo. En principio, es un desafío más”, explicó.

Por último, Pérez Bueno comentó que la vida universitaria debe alcanzar un mayor grado de normalidad para las personas con discapacidad.

"Hasta hace relativamente poco, los estudiantes con discapacidad que llegaban a la universidad tenían una gran dosis de hazaña personal. Se sobreponían a todas las dificultades enormes, muchas veces inconscientes por parte del entorno, y lograban, pese a todo, estar en la universidad, terminar su formación e incluso estar en disposición de tener un empleo más o menos digno. Ahora tenemos que alcanzar una cierta normalidad y que no dependa sólo de esa dosis de heroísmo de la persona con discapacidad que se sobrepone a todo, sino de que encuentre un entorno con el mismo grado de dificultad y de competencia que el resto de estudiantes, que la discapacidad no le condicione de modo negativo para que tenga que hacer un esfuerzo a veces sobrehumano. La inclusión universitaria es posible porque comienza a haber apoyos”, concluyó.